Genial!", exclamó Sofía. "Ahora tenemos la contraseña."
"¿De qué exactamente?", bromeó Nikola.
““¡Tesoros increíbles. Vastas riquezas más allá de la imaginación! ¡Oro, Plata y Silicio! ¡Fluido hidráulico! ¡Cualquier cosa que tu corazón desee!”
“¿Y qué es lo que vas a hacer con una contraseña?” Nikola sonrió.
“Oh, eso...”
Stephen habló. "Bueno, esta puerta de aquí tiene un teclado. Lo único es que los paréntesis están en muy mal estado. ¿Podríamos intentar arreglarlo y luego de ingresar la contraseña?...